Mi vocación es desvelar la belleza del mundo, descubrir la luz que regenta lo indefinible, saber de su mágica naturaleza así como de la sublime percepción que por momentos nos habita, el lugar común que compartimos con el nido universo, las imágenes son para un espíritu puro aquello que el corazón hace meritorio de ser revelado, no importa en qué espacio ni tiempo, pertenece a ese registro de milagros, fenómenos de excepción emergentes, inesperados, que están allí, en las pequeñas y grandes cosas, en el amor que sabe ser siempre nuevo, en la flor primavera y la hoja que colora efímera los senderos del otoño, es la lejana estrella y el imprescindible horno solar sobre un fondo cielo en la pupila, es la emoción de la lágrima que surca el acontecimiento del asombro y está en la eternidad que investimos, que nos hizo nacer y ser...almas.